Las personas mayores desarrollan naturalmente inmunosenescencia: un sistema inmune envejecido, por lo que un virus agresivo como el COVID-19 puede generar más complicaciones en ellos que en el resto de la población. Es por esto que hemos visto una tasa de mortalidad de aproximadamente 7,8% en personas de más de 80 años.
En Colombia, para el 2019, el 13,4% de la población era mayor a 65 años (DANE), quienes a pesar del envejecimiento y complicaciones propias de la salud, necesitan estar informados sobre la situación que estamos viviendo. Es posible que se presenten reacciones emocionales y alteraciones conductuales como: ansiedad generada por la incertidumbre, temor a enfermarse o morir, sensación de impotencia por no poder proteger a los seres queridos, desesperanza, aburrimiento, soledad, miedo a perder dinero u objetos materiales, miedo a ser socialmente excluido o de revivir la experiencia de una enfermedad previa, insomnio, reducción en la percepción de seguridad e irritabilidad (MInisterio de Salud y protección social de Colombia, 2020).
Cada integrante de una familia vive el aislamiento de una manera diferente, dependiendo de su etapa vital, su historia de vida, y los roles y actividades que desempeñaba antes de la cuarentena. Para mantener una convivencia saludable y que no agregar estrés a la situación, es importante comprender el momento que cada uno está viviendo y cómo lo está haciendo, desde la empatía y el respeto por las preocupaciones e intereses de cada cual.
Los cuidados que las familias desempeñemos varían según las condiciones físicas y mentales del anciano, pero hemos resumido los cuidados más generales que podemos tener en cuenta para mejorar y mantener la calidad de vida de nuestros mayores en cuarentena, teniendo en cuenta que su aislamiento puede extenderse mucho más que el del resto de la población.
Facilitar la participación en tareas diarias de manera autónoma.
La familia debe procurar que el anciano experimente la capacidad de apoyarlos en esta situación; que puede tomar decisiones por sí mismo, más allá de no poder salir y a pesar de sus limitaciones físicas o mentales. Por ejemplo, pueden realizar tareas simples como organizar su espacio o lugares de la casa, a tareas más complejas que tengan la voluntad de hacer y generen gratificación. Esto aumenta la confianza en ellos mismos, en sus capacidades, su percepción de utilidad, y demuestra confianza y cariño por parte de la familia.
Programen espacios de esparcimiento para estimular sus funciones cognitivas.
Los procesos cognitivos se deterioran con la edad y si no se ejercitan o hay espacios de mucha quietud, se ven aún más afectados (velocidad del procesamiento, memoria, planificación, autocontrol, la atención, etc). Es importante que hagamos con ellos ejercicios que estimulen sus capacidades para prevenir un mayor deterioro o la aparición pronta de demencias.
Para esto, podemos organizar sesiones de esparcimiento en casa como juegos de mesa, concéntrese, bingos virtuales, pintura, cuentos, etc.
Un ejemplo de esto es lo que hace la fundación Pura Vida, ya que está publicando, casi diariamente, videos de ejercicios mentales que podemos hacer con ellos. Esto no solo cumplirá con su objetivo cognitivo sino que nos hará compartir momentos en familia que disminuyen la ansiedad y generan distracción.
Utilizar la tecnología para continuar con actividades valiosas.
Es el momento perfecto para enseñarles a utilizar lo más básico de la tecnología con el objetivo de comunicarse con sus seres queridos, pero también para realizar actividades diarias valiosas como leer, participar de encuentros religiosos, asistir a reuniones con conocidos o de su comunidad, ver contenido con humor, aprender un nuevo oficio, o hacer ejercicio. En diversos estudios se ha demostrado que las personas continuamos aprendiendo en la vejez, lo que genera un grado de confianza y autorrealización. Por favor, llénate de paciencia y enséñales, así como ellos te enseñaron un día a ti.
Distribuyan el cuidado entre toda la familia.
Incluso los que no están en la misma casa pueden hacer parte de ese cuidado, encontrando formas creativas de realizarlo. Utilicen un horario establecido conforme a las rutinas que antes tenían, que incluya actividades de cuidado personal (a los ancianos les gusta arreglarse y sentirse bien físicamente), lúdicas, de actividad física, y momentos de descanso. Adicionalmente, como familia pueden hacer una playlist de música que le guste, empezar a guardar unas memorias, aprender alguna manualidad, participar de sus gustos, y así fortalecer los vínculos familiares.
Realicen actividad física.
Si antes de la cuarentena el adulto mayor realizaba algún grado de actividad física, debemos igualarla teniendo en cuenta sus limitaciones. Actividades que un adulto sano puede realizar son: bailar, hacer taichi o pilates, aeróbicos, caminatas, ejercicios pasivos, estiramientos musculares y movimientos articulares. Todos deberían hacerse con autorización médica o bajo supervisión si nunca los ha hecho antes; sin embargo, existen recursos que pueden utilizar como familia y que son muy básicos para ejecutar en casa:
Fundación Tecsos: tiene videos con la Cruz Roja Española con ejercicios y estiramientos para mayores.
Vivifrail: tiene pasaportes de activiades diarias, según la condición física del adulto mayor, con un registro diario y evaluación semanal.
El instituto Nacional de Envejecimiento de Estados Unidos presenta ejercicios básicos que se pueden hacer con objetos de la casa.
Neyroactivo. En su página de Instagram publican video cortos de ejercicios diarios físicos y cognitivos.
Contar con un botiquín de primeros auxilios y lista de contactos de emergencia.
Debemos tener a la mano los medicamentos que consume según sus comorbilidades, teniendo dosis adicionales por si hay escasez en algún momento. Por favor, no automedicar y respetar horarios establecidos. Para ello, ayúdate de una alarma, ya que en el aislamiento a veces la percepción del tiempo se modifica. Además, haz una lista con los contactos de emergencia que puedas necesitar en caso de no poder proveer los cuidados o por un accidente. Compártelos con el adulto mayor y el resto de la familia.
Que no vean solo las noticias.
Hay adultos mayores muy amigos de la televisión, en la que pueden escuchar por mucho tiempo las noticias y, en repetidas ocasiones, esto puede ocasionar una saturación de información, sentimientos de desesperanza y preocupación constantes. Deben revisar lo que consume el adulto en la televisión y procurar dejar solo una hora específica del día para ver las noticias y comentarlas entre todos. Luego cambien el canal, la plataforma o la actividad.
Procuren que esta hora de información no sea muy próxima a su hora de dormir, debido a que puede causar dificultades en la conciliación del sueño.
Identificar una red de apoyo cerca del adulto mayor si vive solo.
Si no viven bajo el mismo techo, ubica a personas que puedan tener un contacto distante con él, sobretodo en casos de emergencia, ya sea un vecino más joven, el portero, o comité de convivencia del lugar de residencia. Todos nosotros tenemos cerca adultos mayores que podemos cuidar por lo menos 3 veces a la semana, para ver si necesitan ayuda o requieren asistencia en alguna necesidad básica.
Facilitar mecanismos de orientación (Calendarios y relojes).
Busca que sea él quien se suministre información en relación con el lugar donde estamos ubicados, la fecha y hora.
Promueve el diálogo sobre las emociones que esta situación le suscita.
Puedes comenzar contándole cómo te sientes tú y así se generan nuevos vínculos de comunicación y confianza. Ambos regularán sus emociones.
Ellos perciben los cambios a su alrededor y, cómo los niños, también pueden presentar consecuencias emocionales por el confinamiento. Si un adulto presenta actitudes de voluntariedad, lo que en realidad puede estar pasando es una falta de comprensión del riesgo que se corre al no cumplir recomendaciones de las autoridades.
Solicita ayuda profesional.
Si consideras que esta situación sobrepasa los recursos de afrontamiento psicosocial del adulto mayor o de alguno de sus cuidadores. Consulta las líneas de apoyo telefónico de tu territorio disponibles; las líneas de atención de las Entidades Promotoras de Salud (EPS) y líneas de emergencia como el 123 y 192.
También está habilitada la línea 106 y el WhatsApp 3007548933 de la Secretaría Distrital de Salud.
Por último, en internet se encuentra el documento del MInisterio de Salud y protección social: “ORIENTACIONES PARA LA PREVENCIÓN, CONTENCIÓN Y MITIGACIÓN DEL CORONAVIRUS COVID-19 EN PERSONAS ADULTAS MAYORES, CENTROS VIDA, CENTROS DÍA Y CENTROS DE PROTECCIÓN DE LARGA ESTANCIA PARA ADULTOS MAYORES”. Allí encontrarán los cuidados más generales que se deben tener para el manejo de virus en los adultos mayores, prevenir el contagio o si hay algún caso de sospecha.
Si quieres conocer más sobre este tema puedes disfrutar de la entrevista que realizamos con nuestros amigos de @KeepUp en nuestra plataforma de Instagram el pasado 14 de Abril.
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