Sabemos que además de los adultos mayores, personas con enfermedades crónicas, autoinmunes, cardiovasculares, respiratorias, cáncer, diabetes, entre otras; son más vulnerables frente al virus. Muchos tienen un sistema inmune que no puede hacerse cargo de la enfermedad y de un agente externo agresivo como es el COVID-19.
Esto implica una fuerte presión para los cuidadores informales, que tienen que ajustar los cuidados que proveen a diario y extremar todas las precauciones al proteger a sus seres queridos. Esto si partimos del hecho de que viven en el mismo hogar con el enfermo, por que de no ser así se suma la angustia de proveer cuidadosa la distancia.
Por eso hemos reunido unos consejos prácticos que pueden hacer más fáciles los cuidados diarios:
1. Utiliza el aislamiento físico pero no el emocional.
Al pasar por una época de crisis mundial, en donde todos nos estamos viendo afectados al mismo tiempo, es común que al entrar en aislamiento también nos aislemos emocionalmente de los demás; nos acostumbramos a alejarnos y protegernos frente a posibles amenazas, incluso las que no tienen que ver con la salud física. Por eso es importante tomar conciencia de que no estamos solos en esto, somos muchos tratando de adaptarnos lo que significa que: todos podemos compartir lo que nos sucede con los demás porque es muy factible que el otro entienda exactamente de lo que le hablas, es decir, que somos más empáticos frente al sufrimiento.
Por ahora no podamos recibir apoyo físico de aquellos que antes nos respaldaban con el cuidado, pero podemos aprender a pedir ayuda de otras maneras; utilizando nuestra creatividad como cuidadores (que es infinita) para cuidarnos a nosotros mismos, mientras nos esforzamos el doble por aquellos que amamos.Encuentra aliados cerca de ti y no tengas miedo a ser persistente con el contacto, no sabes si el otro lo necesita igual o más que tú.
2. Involucra al enfermo.
Recuerda que no porque tenga una enfermedad es inconsciente de lo que pasa a su alrededor, a veces por no querer preocuparlos tratamos de abarcar todaslas responsabilidades, pero esto puede crear sentimientos de inutilidad y frustración en ellos. Si entre todos hacen un plan de contingencia y se delegan tareas de cuidado en cada miembro de la familia (incluidos los que no nos pueden visitar) compartiremos deberes y vínculos de confianza para comunicarnos y actuar con mucha más eficacia.
Por ejemplo, entre todos pueden hacer una rutina diaria o semanal de tareas en el hogar y del cuidado, y también actividades placenteras como: organizar álbumes familiares antiguos recordando buenos tiempos, hacer un tablero de medicamentos, aprender una nueva receta siguiendo el plan nutricional del paciente, entre otras.
3. Haz tu listado de contactos de emergencia
Reúnan una lista de posibles contactos en caso de una emergencia, en que el cuidador principal no prueba proveer sus cuidados. Esta podría incluir: ambulancia, médico de cabecera, asistencia domiciliaria u otros servicios que esté ofreciendo tu prestador de salud; bomberos, cuadrante de policía, farmacias más cercanas, familiares, vecinos o comunidad que estén dispuestosa socorrerte.Es el momento de conocerlos a todos y ampliar tu red de apoyo, cuéntales lo que estás haciendo y si estarían dispuestos a darte una mano ante cualquier eventualidad.
4. Mantén rutinas normales.
Si en casa están acostumbrados a levantarse temprano y bañarse o comer a una hora específica, sigan manteniendo esos horarios para no afectar demasiado los ritmos circadianos(reloj biológico) ya establecidos, y los procesos más importantes como la toma de medicamentos.Si modificas uno de los pasos que antes hacían es posible que los demás eventos diarios también se afecten.
Recuerda siempre incluir espacios de bienestar mental, tómense el tiempo de relajarse. Si dentro de la rutina estaba el ver noticias, traten de verlas solo 1 vez al día o por periodos cortos, a veces la sobreinformación puede crear más estrés, y luego compartan cómo los hace sentir esta situación mundial, exterioricen las emociones más fuertes que estén experimentando. Recuerda que expresarte no hará que la enfermedad de tu ser querido avance más rápido y tampoco que se preocupe más de lo necesario, si se abren espacios de comunicación recíproca.
5. Trata de recrear ambientes del mundo exterior.
Si la persona a la que cuidas disfrutaba mucho ir a un restaurante o leer el periódico en el parque, traten juntos de recrear este ambiente, tal vez preparando un platillo parecido al que solían pedir o poniendo sonidos de naturaleza para simular un ambiente particular que los haga romper la rutina hogareña y sentirse como afuera por unos momentos.
6. Manténganse activos.
Si normalmente hacen algún tipo de actividad física, ya sea caminar de un punto a otro, traten de moverse dentro de casa por el mismo tiempo que solían hacerlo, utilizando ejercicios de movilidad articular con repeticiones sencillas, estiramientos caseros guiados por internet o pongan su música favorita y bailen una pieza.
7. Conéctate con otros.
Utiliza las video llamadas o chats y mensajes para mantenerte a ti y a tu familia conectados, sobre todo con aquellos que comúnmente los visitaban y apoyaban,así esa persona puede sentir que sigue allí con ustedes. Compartan consejos de cuidado, sean creativos en conjunto para encontrar salida a los problemas que esta situación pueda traer.
Así no salgas de la casa sigue tomando todas las medidas preventivas que ya conoces.
Cubrirse si estornudan o tosen, lavarse las manos con regularidad, mantener aireado los diferentes espacios de la casa (no todos al mismo tiempo), limpia las superficies y objetos de contacto frecuente.
Por último recuerda seguir las recomendaciones del médico tratante, nunca automedicar, y tener en mente los síntomas físicos de alarma del virus pero también ante la propia enfermedad en curso y solo asiste a los centros de salud en caso de ser indispensable. Si el paciente está en quimioterapia, no interrumpa el tratamiento a menos que sea lo recomendado por su oncólogo, los centros de oncológicos están haciendo su mayor esfuerzo por atender a sus pacientes con protocolos de seguridad y eficacia.
Este artículo fue escrito por Gabriela Ferrero para Care, editado por Bernardo Tocua y narrado en video por Camila Prieto.
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